¿por qué analizar las MALAS PALABRAS?
Porque las malas palabras no son invariables, son históricas. Hay palabras que ya no son consideradas malas palabras, como hay nuevas malas palabras y/o nuevos usos. Porque el sentido es social, por tanto polisémico, y consecuentemente, “las malas palabras”, en tanto signos, están inmersos en una lucha en donde, por ejemplo, se producen resignificaciones y apropiaciones.
Porque las malas palabras atraen, fascinan y construyen sentidos ¿Los niños acaso no tienen una fascinación a temprana edad por las llamadas malas palabras? ¿No pasa lo mismo con los adolescentes que, además de diferenciación, algunas veces no ven en ellas un principio de rebeldía ante la autoridad, una especie de afrenta contra un mundo adulto opresor (que acotación al margen, muchas veces y lamentablemente se queda ahí, en la adolescencia)? A su vez, a la hora de conocer o aprender un idioma extranjero por fuera de la educación formal, ¿qué se suele aprender primero de ese nuevo idioma?
Porque las malas palabras atraen, fascinan y construyen sentidos ¿Los niños acaso no tienen una fascinación a temprana edad por las llamadas malas palabras? ¿No pasa lo mismo con los adolescentes que, además de diferenciación, algunas veces no ven en ellas un principio de rebeldía ante la autoridad, una especie de afrenta contra un mundo adulto opresor (que acotación al margen, muchas veces y lamentablemente se queda ahí, en la adolescencia)? A su vez, a la hora de conocer o aprender un idioma extranjero por fuera de la educación formal, ¿qué se suele aprender primero de ese nuevo idioma?